De lo único que tenemos control en nuestra vida, es de cómo vemos los sucesos. Cómo decidimos vivir nuestras experiencias.
Nuestra perspectiva es desde dónde nos paramos en el mundo: una posición de carencia o una de abundancia.
El mero y simple hecho de interpretar nos toca en nuestro punto más íntimo: el de nuestros prejuicios. Y los prejuicios de los que nos educaron, y nos inculcaron los de ellos.
De hecho, los medios de todo el mundo se especializan en proyectar prejuicios; una escala de valores impuesta desde una lógica corporativa vinculada al consumo.
Al decidir por una visión, comenzamos a vibrar en esa sintonía. Y de esa manera los hechos futuros afectan al pasado.
Esto es el ‘management de la mente’; la auditoría permanente para detectar cuándo estamos juzgando algo como “malo”. Y decidir si seguimos con esa corriente, ó cambiamos creativamente nuestra interpretación.
El desafío es acallar al ego.
Ese constructo que nos compara, que nos obliga a comparecer ante sistemas de creencias.
Que nos obliga a prejuicios, con forma de reglas valorativas.
Liberar el espíritu es desaprender toda creencia.
Muy bueno!
Es un desafío ponernos en la piel del observador y ser capaces de “observar” (valga la redundancia :p), nuestro sistema de creencias.
Pero una vez que empezás es un camino de ida 🙂
Keep up the great work!
Tal cual Vero! Gracias por tu feedback =)
Evitare “juzgar” al opinar sobre estas ideas, que me parecen muy acertadas. Considero que estos pensamientos son parte de la clave como para vivir mejor.
Muchas gracias por tus palabras =D
Me reenvíaron tu mail de “Novedades, filosofía… “. Me resultó interesante el camino que estás haciendo y mucho más este posteo en tu blog. Estoy en un camino con algunos puntos en común, y siempre es enriquecedor encontrar puntos de vista distintos.
Gracias!
Muchas gracias Julián =)